sábado, 10 de octubre de 2015

El reino plantae

El cambio es parte de la vida. A comienzos del periodo Ordovícico ya crecían algunas plantas terrestres en los bordes continentales. Hace aproximadamente 300 millones de años, en los amplios manglares pantanosos predominaban algunos ancestros de los musgos –aunque tan grandes como árboles– y de las “colas de caballo” modernos. Pero después las cosas cambiaron:el clima global se enfrió y se volvió más seco, de manera que las plantas dependientes de la humedad declinaron, dejando su lugar a aquellas aptas para condiciones de vida más difíciles, como las cícadas, los ginkgos y, después, las coníferas.Estas especies eran gimnospermas, y tenían un caracter novedoso:
empaquetaban sus embriones dentro de semillas (Starr et al., 2013).
Posteriormente una rama del linaje de las gimnospermas dio lugar a las plantas con flor (Figura 1) provocando otro cambio más. Las plantas con flor se diseminaron y pronto predominaron en casi todas las regiones. Sin embargo, las coníferas –como los pinos– conservaron su ventaja competitiva en ciertos entornos, como los bosques de elevadas altitudes en el Hemisferio Norte.


Figura 1. Las plantas con flor surgieron en la época de los dinosaurios.

A continuación examinaremos el origen y las adaptaciones en las plantas terrestres, teniendo en cuenta esta perspectiva del cambio. Con pocas excepciones, éstas son fotótrofas. Estos magos del metabolismo producen compuestos orgánicos absorbiendo energía solar, dióxido de carbono de la atmósfera, y agua y minerales disueltos en la tierra. Por la vía no cíclica de la fotosíntesis, dividen las moléculas de agua liberando oxígeno. Su producción de oxígeno y la captación de carbono dan mantenimiento .a la atmósfera.

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